Ruta 66 #155
05/04/2000
Hay algo en el metalenguaje utilizado por la familia madrileña surgida en le estela de Corcobado que chirría.

Esa jerga de ratas y ángeles, de visiones febriles entre la decadencia urbana, de versos que intentan ponerle poesía a ese nudo de emociones que es la persona.Como antes lo hiciera Ana D. en aquel singular debut suyo, Nacho lagua ex chatarrero de sangre y cielo, sigue los pasos del sórdido cronista en su primer trabajo en solitario que tiene a Javier como vocalista invitado en dos de sus temas.

El chirrido de estas palabras lo acallan la deslumbrante instrumentación y la vigorosa belleza de los arreglos, el modo en que la música te arrastra hacia una grata suspensión anímica. Ajo «Mil dolores pequeños» Javier Almendral de «Virgenes adolescentes», Carlos Desastre de 713ºAmor y el ex-chatarrero Javier Arnal, comparten labores vocales con el propio Nacho, quien se encarga mayormente de bajo y guitarra.

El resultado es una variada radiografía emocional que, tocando varios palos, se resuelve en pasajes tan memorables como «Luna de hoja de lata», «Lágrimas de plata fina», o el magestuoso tema titular.Al final, sin embargo, una triste verdad tragada «Como un vaso de agua salada». pocos sonidos generados por humanos enciarran tanto drama como los que produce el mar al romper contra tierra firme.

Ignacio Juliá